DÍA CUARTO NOVENA AL ESPÍRITU SANTO
♰
Por
la señal, de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío, Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre
todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente
nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y,
cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida,
obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico,
así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis, por
los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia
para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de
mi vida. Amén.
ORACIONES PARA EMPEZAR
TODOS LOS DÍAS
¡Dios mío! Dios de amor y de
verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante
vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis
pecados, como ofensa hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cosas.
¡Oh bondad infinita! ¡Quién
jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia,
perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar
cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me
han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente.
Me pesa, me arrepiento de la
ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente
a vuestros dulces y divinos llamamientos. Más propongo firmemente con vuestro
auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas
inspiraciones con suma docilidad.
A este fin, alumbrad, oh
fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón,
arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar
los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os
poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para
mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra
gloria. Amén.
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU
SANTO
Ven a nuestras almas
¡Oh Espíritu SANTO!
y del cielo envía
de tu luz un rayo.
Ven, padre de pobres,
ven, de dones franco,
ven, de corazones
lucido reparo.
Ven, consolador,
dulce y soberano,
huésped de las almas,
suave regalo.
En los contratiempos
descanso al trabajo,
templanza en lo ardiente
consuelo en el llanto.
Santísima luz de
todo cristiano,
lo íntimo del pecho,
llena de amor casto.
En el hombre nada
se halla sin tu amparo,
y nada haber puede
sin Ti, puro y santo.
Con tus aguas puras
lava lo manchado,
riega lo que es seco
pon lo enfermo sano.
Al corazón duro
doblegue tu mano,
y ablande las almas
que manchó el pecado.
Vuelve al buen camino
al extraviado,
y al helado enciende
en tu fuego santo.
Concede a tus fieles
en Ti confiados
de tus altos dones
sacro setenario.
Aumento en virtudes
haz que merezcamos,
del eterno gozo
el feliz descanso.
Amén.
A continuación rezar la oración del día que corresponda:
Comenzar con las oraciones preparatorias para todos los días.
¡Oh Espíritu Santo! Nube lúcida que haciendo en el Tabor sombra a Jesús transfigurado y glorioso, ilustrasteis aquel Santo monte, y amparasteis en su excesivo temor a los Apóstoles, comunicándoles después de la Ascensión de su Divino Maestro mucha luz, fervor y gracia; ilustrad, proteged y fecundad mi alma para que yo sea digno discípulo de Jesús, y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la
Santísima TRINIDAD, y terminar con las oraciones finales para todos los días.
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS
(Excepto el último día)
HIMNO AL ESPÍRITU SANTO
¡Ven, oh Criador Espíritu!
nuestras almas visitad,
los pechos, que Vos
criasteis,
llene gracia celestial.
Pues sois Paráclito
Espíritu,
Don del Padre celestial,
fuente viva, sacro fuego,
unción santa, espiritual.
En tus dones setiformes,
tu promesa paternal,
dedo eterno de Dios Padre
nuestras lenguas inflamad.
Ilustrad nuestros sentidos,
el corazón inflamad,
nuestros cuerpos, que son
flacos,
con vuestra virtud armad.
Apartad los enemigos,
danos la divina paz
y siendo Vos nuestra guía
huyamos toda maldad.
Par Vos al Padre y al Hijo,
en esta vida mortal
conozcamos, y creamos
siempre tu Divinidad.
A Dios PADRE sea gloria,
al HIJO gloria inmortal
y al Espíritu PARÁCLITO
por toda la Eternidad.
Amén.
ORACIÓN
¡Oh Espíritu Santo!
Divinísimo consolador de mi alma, fuego, luz y celestial ardor de los corazones
humanos, si es para gloria de vuestra Majestad que yo consiga lo que deseo y
pido en este día, dignáos concedérmelo benignamente; y sino dirigid mi
petición, dándome las gracias que ha de ser para vuestra mayor gloria y bien de
la salvación de mi alma. Amén.
Ahora cada uno se recogerá interiormente y pedirá la gracia que
más necesite.
Hecha la petición, se concluirá todos los días con antífona,
verso, respuesta y oración siguientes:
ANTÍFONA
No os dejaré huérfanos,
aleluya; voy y vengo a vosotros, aleluya; y se alegrará vuestro corazón,
aleluya, aleluya.
V. Enviad,
Señor, vuestro Santo Espíritu, y serán creados.
R. Y
renovaréis la faz de la tierra.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis
instruido los corazones de los fieles con la ilustración del Espíritu Santo,
dadnos el sentir rectamente con este mismo Espíritu, y gozar siempre de su
consolación. Por Jesucristo Señor nuestro, tu Hijo, que vive contigo y reina en
la unidad del mismo Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos.
Amén.
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