DÍAS 19 20 Y 21 A LA
CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
⚜️ Consagración al
Espíritu Santo
Día 19
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CREO EN EL ESPÍRITU SANTO
🌹 “Queridos hijos, en este tiempo de
gracia os invito a todos a abriros y a vivir los Mandamientos que Dios os ha
dado para que éstos os guíen, a través de los Sacramentos, por el camino de
la conversión. El mundo y las tentaciones del mundo os prueban; vosotros,
hijos míos, mirad las criaturas de Dios que, en belleza y humildad Él os ha
dado e, hijos míos, amad a Dios sobre todas las cosas y Él os guiará en el
camino de la salvación. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!" (25
de febrero de 2018)
• GUÍA
“Si Cristo es la cabeza de
la Iglesia, el Espíritu Santo es su alma”. Además de ser fuente de la verdad
y principio vital de la identidad de la Iglesia una, santa, católica y
apostólica, el Espíritu Santo es también fuente y principio de la vida
sacramental, mediante la que la Iglesia toma fuerza de Cristo, participa de su
santidad, se alimenta de su gracia, crece y avanza en su peregrinar hacia la
eternidad. El Espíritu Santo es la fuente viva de todos los sacramentos
instituidos por Cristo y que la Iglesia administra. Precisamente a través de
los sacramentos, él da a los hombres la nueva vida, asociando a Sí a la
Iglesia como cooperadora en esta acción salvífica.
El vínculo es
especialmente claro en el bautismo, tal como lo describe Jesús en la
conversación con Nicodemo, es decir, como “nacimiento del agua y del Espíritu
Santo”: «Lo nacido de la carne es carne; lo nacido del Espíritu es
espíritu... Tenéis que nacer de lo alto» (Jn 3, 5-7). La confirmación,
sacramento unido al del bautismo, es presentada en los Hechos de los Apóstoles
bajo la forma de una imposición de las manos, por medio de la cual los
Apóstoles comunicaban el don del Espíritu Santo.
• REFLEXIÓN
La Iglesia es el cuerpo de
Cristo del que todos los bautizados formamos parte. Dios en su misericordia nos
dejó todos los medios que necesitamos para unirnos a Él y vivir la perfección a
la cual nos llama... Estos medios son sus sacramentos huellas indelebles que
limpian el alma y la unen a su creador...
Este tesoro lo ha depositado
en su Iglesia, esa familia que Dios escogió́ para que en nuestro camino por
estos valles oscuros nunca lo recorriéramos en soledad, sino unidos entre
nosotros, apoyándonos unos a otros, en las distintas pruebas de esta travesía,
hacia la patria celeste........
Ahora reflexiona.... ¿Siento
la iglesia como mi familia orando por ella o por otro lado la critico y la
juzgo en sus errores?.... ¿qué lugar ocupan los sacramentos en mi vida espiritual?.....
¿A través de los sacramentos veo que mi persona va cambiando asemejándose a la
persona de cristo?...
• MEDITACIÓN
Un nuevo descubrimiento para
ti puede ser el darte cuenta de que Dios ha puesto dentro de ti, el día en que
te bautizaste la semilla de todo lo que puede provocar una profunda y plena
felicidad dentro de tu vida. Siéntete dichoso, siéntete, que sin tú
merecértelo ni hacer nada para ello, Él ha querido poner dentro de ti aquello
que el Espíritu puede hacer crecer y que tanto ansías.
Los dones del Espíritu
Santo van más allá de los simple talentos, cualidades o habilidades humanas
que tengamos. Cada uno de nosotros tenemos esos talentos que Dios nos ha dado y
que llevamos a la práctica de modo natural, y que pueden perfeccionarse con
una formación técnica que podemos recibir. El que tiene buen oído para la
música, si es formado en solfeo puede llegar a desarrollar aún más esa
habilidad.
Pero los dones del Espíritu
Santo están orientados para nuestra vida espiritual. Te van a ir ayudando a
que tu vida de fe no se centre sólo en rezar de memoria oraciones, sino a
vivir y experimentar aún más profundamente que el efecto de Dios es tu vida,
que luego se mostrará en tu vida diaria. Son los ungüentos, la masilla con la
que el Espíritu constructor de las vidas, va a ir formándote internamente para
que la gran obra de Dios en ti sea firme. Ora y dile: “Ven Espíritu Santo, y
haz crecer en mí tus 7 sagrados dones”.
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Escrita por: Pbro D. Mario
Luis Almario
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Consagración al Espíritu
Santo
Día 20
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CREO
EN EL ESPÍRITU SANTO
🌹 “¡Queridos hijos! Me regocijo con
ustedes y en este tiempo de gracia los invito a una renovación espiritual.
Oren, hijitos, para que en ustedes habite en plenitud el Espíritu Santo, a fin
de que puedan testimoniar con gozo a todos aquellos que están lejos de la fe.
Hijitos, oren en particular por los dones del Espíritu Santo, para que en el
espíritu del amor cada día y en cada situación estén más cerca del hermano
y a fin de que con sabiduría y amor superen toda dificultad. Yo estoy con
ustedes e intercedo por cada uno de ustedes ante Jesús. ¡Gracias por haber
respondido a mi llamado! (25 de mayo 2000)
• GUÍA
La confirmación, al llevar a
plenitud la gracia bautismal, nos une más fuertemente a Jesucristo y a su
Cuerpo, que es la Iglesia.Y, de la misma manera, nosotros, los cristianos,
injertados en virtud de la fe y del bautismo en el Cuerpo de Cristo, al recibir
la unción, somos marcados con el sello del Espíritu. El sello del Espíritu
Santo, por consiguiente, significa y realiza la pertenencia total del
discípulo a Jesucristo, el estar para siempre a su servicio en la Iglesia;
asimismo, implica la promesa de la protección divina en las pruebas que
deberá sufrir para dar testimonio de su fe en el mundo.
Este sacramento también
aumenta en nosotros los dones del Espíritu Santo con el fin de concedernos una
fuerza especial del Espíritu para difundir y defender la fe mediante la
palabra y las obras como verdaderos testigos de Cristo, para confesar
valientemente el nombre de Cristo y para no sentir jamás vergüenza de la cruz.
San Ambrosio exhorta al
confirmado con estas vibrantes palabras: Recuerda que has recibido el sello
espiritual, “el Espíritu de sabiduría e inteligencia, el Espíritu de consejo
y fortaleza, el Espíritu de ciencia y piedad, el Espíritu de temor de Dios y
conserva lo que has recibido. Dios Padre te ha marcado, te ha confirmado Cristo
Señor y ha puesto en tu corazón como prenda el Espíritu”. Este Don compromete a dar
testimonio de Jesucristo y de Dios Padre, y asegura la capacidad y la valentía
para hacerlo.
• REFLEXIÓN
En el sacramento de la confirmación
somos marcados con el sello del espíritu y puestos al servicio de la
Iglesia.... Es el momento de abrazar la misión que Dios quiere para cada uno de
nosotros, pero como a todo buen soldado primero lo prepara antes de enviarlo a
la lucha... En esa preparación deberemos tomar conciencia de que la victoria dependerá́
de la presencia de Cristo en nosotros, como dice San Pablo “no soy yo es cristo
quien vive en mí”... es decir, debemos morir a nosotros mismos y dejar que el Espíritu
Santo vaya creando su obra en nuestro interior....
La obra del Espíritu consistirá́
en limpiar nuestro interior del pecado (a través de los sacramentos), liberar
nuestras almas de las asechanzas del maligno y curar nuestros corazones, para
ello utilizará sus dones y carismas ordinarios y extraordinarios que nos
ayudaran a salir de nosotros mismos... Gracias al Espíritu Santo y su acción
podemos superar las pruebas más dolorosas, las perdidas y abandonos de la vida
pero debemos dejarle actuar y pedirle que entre a sanar y liberar nuestro
interior de las emociones y sentimientos desordenados que nos esclavizan y nos
centran en nuestro dolor haciendo que perdamos de vista a Dios.... ahora
reflexiona... ¿confío en Dios en las pruebas?.. ¿Soy capaz de verlo en los
momentos dolorosos de mi vida?
• MEDITACIÓN
La gracia de Dios se nos
concede por medio de los Sacramentos. Los Sacramentos son signos visibles de la
gracia invisible, por los que recibimos la fuerza del Espíritu en nosotros y
podemos ser fieles a su proyecto. Es por medio de la Iglesia por la que recibimos
esa gracia, por medio de sus ministros. Renacemos a la vida por el agua del
Espíritu Santo, recibimos la plenitud del Espíritu Santo en la Confirmación,
somos testigos de la presencia real de Cristo en la Eucaristía el cual podemos
comulgar... y así́ el resto de los sacramentos.
Pero de entre ellos están
los sacramentos de sanación. En primer lugar, de modo ordinario nos
encontramos la sanación que viene del amor humano, del perdón dado a la
persona que nos ofende, de escuchar a aquel que se siente necesitado de
consuelo. En segundo lugar, está el sacramento de la confesión, unción que
por medio de los signos sanan en la profundidad del corazón.
Pero entre medio de ellos
está la acción extraordinaria de la oración de sanación o curaciones que
ayudan a que grandes heridas que marcan nuestra vida puedan sanarse con el
bálsamo del Espíritu. Y esto se da gracias a la acción del Espíritu por tu
oración hecha con amor. Trae a tu mente personas que necesitan de esa
oración. Pide para que le acompañes hacia el sacramento de sanación que
necesitan para curar sus heridas.
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Escrita por: Pbro D. Mario
Luis Almario
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⚜️ Consagración al Espíritu Santo
🔥🕯 DIA 21 🕯🔥
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CREO EN EL ESPÍRITU SANTO
MENSAJE
“Queridos hijos, en este
tiempo de gracia os invito a la oración. Hijos míos, trabajáis mucho pero sin
la bendición de Dios. Bendecid y buscad la sabiduría del Espíritu Santo para
que os guíe en este tiempo, a fin de que comprendáis y viváis en la gracia de
este tiempo. Convertíos, hijos míos, y arrodillaos en el silencio de vuestro
corazón. Poned a Dios en el centro de vuestro ser, para que podáis en alegría
testimoniar las bellezas que Dios os da continuamente en vuestra vida. Gracias
por haber respondido a mi llamada." (25 de Mayo 2001)
GUIA
“Si conocieras el don de
Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú le habrías pedido a él y él
te habría dado agua viva… el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed
nunca más, sino que se hará en él fuente de agua que salta hasta la vida
eterna”(Jn 4:10,14). …. Los dones son aquellos "regalos" que nos da
el Espíritu Santo. Son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para
seguir los impulsos de este Espíritu.
El don de sabiduría es una
luz sobrenatural con la cual el alma conoce los secretos espirituales. Este don
despega de lo terreno, ilumina el campo de las virtudes y hace perceptibles las
astucias de Satanás. El conocimiento sapiencial nos da una capacidad especial
para juzgar las cosas humanas según la medida de Dios, a la luz de Dios.
Iluminado por este don, el cristiano sabe ver interiormente las realidades del
mundo.
La Cruz es la verdadera
sabiduría de los santos. La Sabiduría increada, Dios mismo, fue el que escogió
la Cruz para la redención del mundo. El alma verdaderamente sabia se crucifica.
María fue el trono de la Sabiduría, comprendió el valor infinito del sacrificio
y lo vivió en grado eminente.
La Sabiduría que desciende
de arriba -dice el apóstol Santiago- además de estar llena de pureza es
pacífica, modesta, dócil indulgente y llena de misericordia. Es imparcial, y
está ajena a toda hipocresía. Por eso el mismo Espíritu Santo llama feliz al
que posee este tesoro.
REFLEXIÓN
El primero de los dones del
Espíritu Santo es la Sabiduría. No se trata sencillamente de la sabiduría
humana, fruto del conocimiento y de la experiencia. En la Biblia se relata que
a Salomón, en el momento de su coronación como rey de Israel, Dios le ofrece el
don que él quiera. Salomón no le pide la riqueza, el éxito, la fama o una vida
larga y feliz sino que le pide “un corazón dócil, que sepa distinguir el bien
del mal” (1Re 3,9).
La sabiduría es exactamente esto:
es la gracia de poder ver todas las cosas con los ojos de Dios. A veces vemos
las cosas según nuestro parecer, según la situación de nuestro corazón, con
amor, con odio, con envidia, esto no es el ojo de Dios. Se trata de una luz
interior, que solo el Espíritu Santo puede dar y que nos hace capaces de
reconocer la impronta de Dios en nuestra vida y en nuestra historia. La
sabiduría, por tanto, no nace tanto de la inteligencia o del conocimiento que
podamos tener, sino de la intimidad con Dios.
Esto quiere decir que el don
de la sabiduría hace de nosotros un contemplativo: todo le dice cosas sobre
Dios y se convierte en signo de su misericordia y de su amor. Se trata
verdaderamente de una experiencia sobrenatural: significa sentirse siempre con
el Señor, sentirse entre sus manos y compartir su alegría, su paz y su
irrefrenable pasión por todos los hombres. ¡Danos Señor el don de Sabiduría!
MEDITACIÓN
¿En qué puede compararse
aquello que es temporal a lo que puede durar toda la vida? En la elección que
hacemos en nuestra vida, día a día, es donde demostramos que es lo más
importante en nuestro corazón. El don de sabiduría te va a ayudar a aplicar
esas enseñanzas de Dios a tu vida y a orientar tu vida hacia lo mejor que es lo
que el mismo Jesús nos presenta. Ir alejándonos de lo que nos deja secos y
mustios, debe ir acompañado de ese acercamiento a la fuente de la sabiduría, de
la salud, de la vida, de la esperanza...
Puede provocarnos miedo separarnos
de lo conocido pero será mucho más grata la sorpresa de lo que Dios tiene
preparado para aquellos que le aman. En este momento, observa tu vida, las
distintas tareas que haces y pregúntate dos cosas: En primer lugar, ¿qué tiempo
de mi día dedico sólo a Dios? Y en todas las tareas diarias, ¿qué lugar le doy
a Dios en ellas?
“Supliqué y se me concedió
la prudencia; invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría. Y la preferí a
cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza" (Sb 7, 7-8).
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Escrita por: Pbro D. Mario Luis Almario
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