NOVENA EQUIPO ARQUIDIOCESANO DE LITURGIA
Y RELIGIOSIDAD POPULAR
Arzobispado
de Mendoza
NOVENA AL ESPÍRITU SANTO
La novena en honor del Espíritu Santo es la más antigua de todas las novenas, ya que fue la primera hecha bajo el mandato del mismo Señor, cuando les dijo a sus apóstoles que permanecieran en Jerusalén en espera de la venida del Espíritu Santo, en el primer Pentecostés. La lectura de Hch. 1, 8 puede iluminar este acontecimiento.
El Espíritu Santo, la tercera Persona de la Santísima Trinidad, es Dios. Verdadero Dios como lo son el Padre y el Hijo. Es el Amor del Padre y el Hijo. Cristo prometió que este Espíritu de Verdad iba a venir y moraría dentro de nosotros. "Yo rogaré al Padre y les dará otro Intercesor que permanecerá siempre con ustedes. Este es el Espíritu de Verdad que el mundo no puede recibir porque no lo ve ni lo conoce.
Pero ustedes saben que él permanece con ustedes, y estará en ustedes" (Jn 14, 16-17) El Espíritu Santo está presente de modo especial en la Iglesia, comunidad de quienes creen en Cristo como el Señor. Ayuda a su Iglesia a que continúe la obra de Cristo en el mundo. Su presencia da gracia a los fieles para unirse más a Dios y entre sí en amor sincero, cumpliendo sus deberes con Dios y los demás.
El Espíritu Santo guía al Papa, a los obispos, a los presbíteros y diáconos de la Iglesia en su tarea de enseñar la doctrina cristiana, dirigir almas y dar al pueblo la gracia de Dios por medio de los Sacramentos. Orienta toda la obra de Cristo en la Iglesia: solicitud por los enfermos, enseñar a los niños, preparación de la juventud, consolar a los afligidos, socorrer a los necesitados. Y frente al corona virus qué podemos pensar…
El papa Francisco nos deja una enseñanza muy linda y alentadora para nuestro tiempo. En su homilía de la Misa con los movimientos eclesiales invitaba a reflexionar sobre 3 puntos: novedad, armonía y misión, como fruto de la venida del Espíritu Santo.
Tal vez la palabra novedad es la que podemos rescatar para que nos ayude a iluminar este tiempo que nos toca vivir. El papa decía: “La novedad nos infunde un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control. Y que con respecto a Dios nos es difícil abandonarnos a Él con plena confianza. Pero en toda la historia de la salvación, cuando Dios se revela lleva la novedad que la transforma, y pide que confiemos en Él.
Por ejemplo: Noé, construye un arca ante la burla de todos y se salva; Abraham deja su tierra llevando solo la promesa; Moisés enfrenta la fuerza del faraón y guía al pueblo hacia la libertad; los apóstoles, temerosos y encerrados, salen con valentía a anunciar el Evangelio…”
Sin duda que es un tiempo importante donde se mezclan mucha incertidumbre y sentimientos; pero sin duda también es un tiempo para renovar nuestra plena confianza en Dios, sabiendo que es Él quien conduce los caminos cuando somos capaces de abandonarlos y ponernos en sus manos; así como lo hicieron nuestros antepasados.
Continuaba el papa
Francisco: “Preguntémonos hoy: ¿estamos abiertos a las sorpresas de Dios? ¿O
nos cerramos, con miedo, a la novedad del Espíritu Santo? ¿Tenemos valentía
para recorrer los nuevos caminos de la novedad que Dios nos ofrece, o nos defendemos,
encerrados en estructuras caducas que han perdido la capacidad de dar hospitalidad?”.
Ojala estas preguntas nos puedan acompañar a lo largo de estos 9 días…
ESQUEMA PARA LA
NOVENA AL ESPÍRITU SANTO
Presentamos el siguiente esquema para cada día:
1- Tema del día
2- Iluminación bíblica
3- Reflexión doctrinal
4- Oración de los fieles
5- Rezamos un Padrenuestro -
Avemaría – Gloria
6- Caminando con María,
Sagrario del Espíritu Santo
7- Oración conclusiva
DÍAS DE LA NOVENA:
PRIMER DÍA
1- TEMA: VEN ESPÍRITU
SANTO
2- ILUMINACIÓN BÍBLICA
Hermanos:
Nadie puede decir: «Jesús es
el Señor», si no está impulsado por el Espíritu Santo.
Ciertamente, hay diversidad
de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios,
pero un solo Señor.
Hay diversidad de
actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos. En cada uno,
el Espíritu se manifiesta para el bien común.
Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo –judíos y griegos, esclavos y hombres libres- y todos hemos bebido de un mismo Espíritu. (1 Corintios 12, 3b-7. 12-13)
La acción del Espíritu Santo
en el corazón del creyente lo lleva a vivir en plenitud la vida de Dios, pero
no en solitario, sino en familia, en comunidad, como Pueblo de Dios, como
Iglesia.
3- REFLEXIÓN DOCTRINAL
El Espíritu Santo nos da un
corazón abierto. Es lo primero. Porque nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el
Espíritu de Dios.
Pues bien su Espíritu que lo
revela nos hace conocer a Cristo, su verbo y su palabra viva. Desde el comienzo
y hasta la consumación de los tiempos, cuando Dios envía a su Hijo, envía también,
a su Espíritu: la misión de ambos es conjunta e inseparable. El Espíritu viene
en ayuda de nuestra flaqueza, es el artífice de las obras de Dios.
Es el maestro de la oración,
por ello, no estás solo, el Espíritu Santo te acompaña.
Invocar al Espíritu Santo es
disponerse a dejar obrar a Dios en la propia vida y ser instrumento de amor
para otros. Es dejarse habitar por Dios, dejarse llenar de su gracia y
misericordia.
4- ORACIÓN DE LOS FIELES
Respondemos “VEN ESPÍRITU SANTO”
Para que nuestra Iglesia y
sus pastores, guiados por el Espíritu Santo, nos muestren el camino que nos
conduce al reino celestial. Oremos
Para que toda la humanidad
confíe en el amor misericordioso de Dios y recibamos siempre la Gracia de los
dones del Espíritu. Oremos
Para que guiados por el
Espíritu Santo reconozcamos a Jesús como nuestro Señor y acceder así a la
Salvación que Él nos trajo. Oremos.
5- rezamos un padrenuestro - avemaría –gloria
6- CAMINANDO CON MARÍA, SAGRARIO DEL ESPÍRITU EN LA ANUNCIACIÓN:
La Virgen
de Nazaret fue elegida para que se
convirtiera en Madre del Redentor
por obra del Espíritu Santo: en su
humildad, halló gracia ante Dios
(cf. Lc 1, 30).
Efectivamente, en el Nuevo Testamento
vemos que la fe de María «atrae», por así decirlo, el don del Espíritu Santo.
Ante todo en la concepción del Hijo de Dios, misterio que el propio arcángel Gabriel
explica así: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra» (Lc 1, 35).
En
este primer día de la novena, como María, invoquemos y recibamos con FE la
Gracia del Espíritu Santo que transforme nuestra vida.
7- ORACIÓN CONCLUSIVA
Ven Espíritu Santo llena los
corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tú amor. Envía tu Espíritu
para darnos nueva vida, y renovarás la faz de la tierra. Oh Dios, que has
iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, has que
guiados por este mismo Espíritu gustemos la dulzura del bien y gocemos siempre
de sus divinos consuelos. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
SEGUNDO DÍA
1- TEMA: EL
DON DE SABIDURÍA
2- ILUMINACIÓN BÍBLICA
“Pero con Dios están la
Sabiduría y el poder, a Él pertenecen el consejo y la inteligencia.” (Job
12:13)
Vivir unidos a Dios nos trae
la bendición de caminar por el camino de la justicia; su Espíritu Santo nos
revela su Voluntad en el día a día y nos anima a vivirla.
3. REFLEXIÓN DOCTRINAL
El don de la Sabiduría, no
se trata sencillamente de la sabiduría humana, que es fruto del conocimiento y
de la experiencia.
La Biblia cuenta que a
Salomón, en el momento de su coronación como rey de Israel, había pedido el don
de la sabiduría (cf. 1 Re 3, 9). Y la sabiduría es precisamente esto: es la
gracia de poder ver cada cosa con los ojos de Dios. Es sencillamente esto: es
ver el mundo, ver las situaciones, las ocasiones, los problemas, todo, con los
ojos de Dios. Esta es la sabiduría. Algunas veces vemos las cosas según nuestro
gusto o según la situación de nuestro corazón, con amor o con odio, con envidia...
No, esto no es el ojo de Dios. La sabiduría es lo que obra el Espíritu Santo en
nosotros a fin de que veamos todas las cosas con los ojos de Dios. Este es el don
de la sabiduría.
Y obviamente esto deriva de
la intimidad con Dios, de la relación íntima que nosotros tenemos con Dios, de
la relación de Hijos con el Padre. Y el Espíritu Santo, cuando tenemos esta
relación, nos da el don de la sabiduría. Cuando estamos en comunión con el Señor,
el Espíritu Santo es como si transfigurara nuestro corazón y le hiciera
percibir todo su calor y su predilección.
El Espíritu Santo, entonces,
hace «sabio» al cristiano. Esto, sin embargo, no en el sentido de que tiene una
respuesta para cada cosa, que lo sabe todo, sino en el sentido de que «sabe» de
Dios, sabe cómo actúa Dios, conoce cuándo una cosa es de Dios y cuándo no es de
Dios; tiene esta sabiduría que Dios da a nuestro corazón. El corazón del hombre
sabio en este sentido tiene el gusto y el sabor de Dios. ¡Y cuán importante es
que en nuestras comunidades haya cristianos así!
Todo en ellos habla de Dios
y se convierte en un signo hermoso y vivo de su presencia y de su amor.
Y esto es algo que no
podemos improvisar, que no podemos conseguir por nosotros mismos: es un don que
Dios da a quienes son dóciles al Espíritu Santo. Dentro de nosotros, en nuestro
corazón, tenemos al Espíritu Santo; podemos escucharlo, podemos no escucharlo.
Si escuchamos al Espíritu Santo, Él nos enseña esta senda de la sabiduría, nos
regala la sabiduría que consiste en ver con los ojos de Dios, escuchar con los
oídos de Dios, amar con el corazón de Dios, juzgar las cosas con el juicio de
Dios. Esta es la sabiduría que nos regala el Espíritu Santo, y todos nosotros podemos
poseerla.
4- ORACIÓN DE LOS FIELES
Respondemos: “VEN ESPÍRITU SANTO”
Para que por el don de la
sabiduría reconozcamos la virtud de la caridad y estemos más atentos a las
necesidades de nuestros hermanos. Oremos
Para que los intereses de
este mundo no nos impidan saborear las cosas de Dios. Oremos
Para que busquemos
alimentar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad a través de momentos
de oración y formación cristiana. Oremos
5- Rezamos un padrenuestro - avemaría – gloria
6- CAMINANDO CON MARÍA, SAGRARIO DEL ESPÍRITU
EN LA VISITACIÓN:
Inmediatamente (de la
Anunciación y Encarnación) después, María acude a ayudar a Isabel, y he aquí
que cuando llega hasta ella y la saluda, el Espíritu Santo hace que el niño
salte de gozo en el seno de su anciana pariente (cf. Lc 1, 44); y todo el diálogo
entre las dos madres está inspirado por el Espíritu de Dios, particularmente el
cántico de alabanza con que María expresa sus sentimientos profundos: el
Magníficat.
En
este segundo día de novena, como María, aprendamos a gustar interiormente la
grandeza del Señor y ser portadores de su presencia.
7- ORACIÓN CONCLUSIVA
Ven, Oh Espíritu de
Sabiduría y revela a nuestras almas los misterios de las cosas celestiales, su
enorme grandeza, poder y belleza. Enséñanos a amarlas sobre todo y por encima
de todos los gozos pasajeros y las satisfacciones de la tierra. Ayúdanos a conseguirlas
y a poseerlas para siempre. Amén.
TERCER DÍA
1- TEMA: EL
DON DEL ENTENDIMIENTO
2- ILUMINACIÓN BÍBLICA
“No se dejen esclavizar por
nadie con la vacuidad de una engañosa filosofía, inspirada en tradiciones puramente
humanas y en los elementos del mundo, y no en Cristo”. (Colosenses 2,8)
La inteligencia que va más
allá de nuestro discurrir humano, la que el Espíritu de Dios nos infunde, trae aparejados
la paz y el progreso en la caridad.
3. REFLEXIÓN DOCTRINAL
Cuando pedimos el don del Entendimiento,
no se trata aquí de la inteligencia humana, de la capacidad intelectual de la
que podemos estar más o menos dotados. Es, en cambio, una gracia que sólo el
Espíritu Santo puede infundir y que suscita en el cristiano la capacidad de ir
más allá del aspecto externo de la realidad y escrutar las profundidades del
pensamiento de Dios y de su designio de salvación.
El apóstol Pablo,
dirigiéndose a la comunidad de Corinto, describe bien los efectos de este don
—es decir, lo que hace el don de entendimiento en nosotros—, y Pablo dice esto:
«Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha
preparado para los que lo aman. Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu» (1 Co
2, 9-10). Esto, obviamente, no significa que un cristiano pueda comprender cada
cosa y tener un conocimiento pleno de los designios de Dios: todo esto
permanece en la espera de manifestarse en toda su transparencia cuando nos
encontremos ante Dios y seamos de verdad una cosa sola con Él.
Sin embargo, como sugiere la
palabra misma, el entendimiento permite «intus legere», es decir,
«Leer dentro»: este don nos
hace comprender las cosas como las comprende Dios, con el entendimiento de
Dios. Porque uno puede entender una situación con la inteligencia humana, con
prudencia, y está bien. Pero comprender una situación en profundidad, como la
entiende Dios, es el efecto de este don.
Y Jesús quiso enviarnos al
Espíritu Santo para que nosotros tengamos este don, para que todos nosotros
podamos comprender las cosas como las comprende Dios, con la inteligencia de
Dios. Es un hermoso regalo que el Señor nos ha hecho a todos nosotros. Es el don
con el cual el Espíritu Santo nos introduce en la intimidad con Dios y nos hace
partícipes del designio de amor que Él tiene con nosotros.
El don de entendimiento está
estrechamente relacionado con la fe. Cuando el Espíritu Santo habita en nuestro
corazón e ilumina nuestra mente, nos hace crecer día a día en la comprensión de
lo que el Señor ha dicho y ha realizado. Jesús mismo dijo a sus discípulos: yo
os enviaré al Espíritu Santo y Él os hará comprender todo lo que yo os he enseñado.
Comprender las enseñanzas de Jesús,
comprender su Palabra, comprender el Evangelio, comprender la Palabra de
Dios.
Uno puede leer el Evangelio
y entender algo, pero si leemos el Evangelio con este don del Espíritu Santo
podemos comprender la profundidad de las palabras de Dios.
4- ORACIÓN DE LOS FIELES
Respondemos: “VEN
ESPÍRITU SANTO”
Para que por el don del
entendimiento perfeccionemos la virtud de la fe, para ver y gustar las maravillas
divinas y comunicarlas a nuestros hermanos. Oremos
Para que todas las
personas que han perdido la fe y la esperanza se animen y vuelvan a sentir
ganas de caminar hacia el amor de Dios. Oremos
Para que las instituciones
que trabajan en fomentar el idioma universal del amor, la justicia y la paz
sean iluminadas por los dones del Espíritu. Oremos...
5- Rezamos un padrenuestro - avemaría – gloria
6- CAMINANDO CON MARÍA, SAGRARIO DEL ESPÍRITU EN LA NATIVIDAD Y
LA INFANCIA DE JESÚS:
Toda la historia del
nacimiento de Jesús y de su primera infancia está guiada de manera casi
palpable por el Espíritu Santo, aun cuando no siempre se lo nombre. El corazón de
María, en consonancia perfecta con su Hijo divino, es templo del Espíritu de
verdad, en el que toda palabra y todo hecho quedan conservados en la fe, en la esperanza
y en la caridad (cf. Lc 2, 19. 51).
En este tercer día de
novena, como María, aprendamos a guardar en nuestro corazón, los signos de la
presencia de Dios en los acontecimientos y experiencias de la vida.
7- ORACIÓN CONCLUSIVA
Ven, Oh Espíritu de
Entendimiento, e ilumina nuestras mentes, que podamos conocer y creer en todos
los misterios de la salvación, y que por fin podamos merecer ver la eterna luz
en la Luz, y en ella la gloria de tener una clara visión de Ti y del Padre y
del Hijo. Amén.
CUARTO DÍA
1- TEMA: EL
DON DEL CONSEJO
2- ILUMINACIÓN BÍBLICA
“Escucha el consejo y acepta
la corrección, y al fin llegarás a ser sabio. Hay muchos proyectos en el
corazón del hombre, pero sólo se realiza el designio del Señor”. (Proverbios
19, 20-21)
Cuantos “consejos”
escuchamos a diario: abramos nuestro corazón sólo a Aquel que nos creó, seguros
de que su Espíritu nos acompaña cada día.
3. REFLEXIÓN DOCTRINAL
En el momento en que lo
acogemos y lo albergamos en nuestro corazón, el Espíritu Santo comienza a
hacernos sensibles a su voz y a orientar nuestros pensamientos, nuestros
sentimientos y nuestras intenciones según el corazón de Dios.
Al mismo tiempo, nos conduce
cada vez más a dirigir nuestra mirada interior hacia Jesús, como modelo de
nuestro modo de actuar y de relacionarnos con Dios Padre y con los hermanos.
Es el don de saber discernir
los caminos y las opciones, de saber orientar y escuchar. Es la luz que el
Espíritu nos da para distinguir lo correcto e incorrecto, lo verdadero y falso.
Sobre Jesús reposó el
Espíritu Santo, y le dio en plenitud ese don, como había profetizado Isaías:
“No juzgará por las apariencias, ni sentenciará de oídas. Juzgará con justicia
a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra” (Is 11, 3-
4).
4- ORACIÓN DE LOS FIELES
Respondemos: “VEN
ESPÍRITU SANTO”
Para que con el auxilio del
Espíritu y su don de
Consejo podamos superar las
situaciones difíciles de nuestra vida. Oremos
Para que más personas
conozcan y amen a Jesús y por el Espíritu seamos capaces de imitar su forma de
vivir y actuar. Oremos
Para que los rencores y
heridas que anidan en nuestro corazón sean sanados por la fuerza y la paz del
Espíritu. Oremos
5- Rezamos un Padrenuestro - Avemaría – Gloria
6- CAMINANDO CON MARÍA, SAGRARIO DEL ESPÍRITU EN LA VIDA OCULTA
EN NAZARET:
Podemos, pues, estar seguros
de que el corazón santísimo de Jesús, durante toda la vida oculta en Nazaret,
halló siempre en el corazón inmaculado de María un «hogar» permanentemente
encendido de oración y de atención constante a la voz del Espíritu.
En este Cuarto día de
novena, como María, aprendamos a disponernos a la acción del Espíritu, que nos
ayuda a descubrir los signos y la grandeza de Dios en lo cotidiano, en lo simple.
7- ORACIÓN CONCLUSIVA
Ven, Oh Espíritu de Consejo,
ayúdanos y guíanos en todos nuestros caminos para que siempre hagamos tu Santa
Voluntad. Inclina nuestros corazones a aquello que es bueno, apártanos de todo
lo que es malo y dirígenos por el sendero recto de tus Mandamientos a la meta
de la Vida Eterna que tanto anhelamos. Amén.
QUINTO DÍA
1- TEMA: EL
DON DE CIENCIA
2- ILUMINACIÓN BÍBLICA
“Por esta misma razón,
pongan todo el empeño posible en unir a la fe, la virtud; a la virtud, el conocimiento”.
(2Pedro 1,5)
Que el Espíritu del Señor
nos ayude a complementar en nuestra vida cotidiana, la ciencia y el saber, con
la fe y el amor.
3- REFLEXIÓN DOCTRINAL
En el Génesis se pone de
relieve que Dios se complace de su creación, subrayando repetidamente la
belleza y la bondad de cada cosa. Al término
de cada jornada está
escrito: “Y vio Dios que era bueno” Si Dios ve que la creación es una cosa
buena, es algo hermoso, también nosotros debemos asumir esta actitud.
El Don de la Ciencia nos hace
ver esta belleza, alabemos a Dios y démosle gracias por habernos dado tanta
belleza, porque es el don de la ciencia de Dios y no la ciencia del mundo. Por
este don el
Espíritu Santo nos revela
interiormente el pensamiento de Dios sobre nosotros, pues “nadie conoce lo
íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1Co 2, 11).
4- ORACIÓN DE LOS FIELES
Respondemos: “VEN
ESPÍRITU SANTO”
Para que todas las
personas que colaboran en el bienestar de los pueblos sean inspiradas por el
don de la ciencia y descubran en él el “Conocimiento de Dios”. Oremos
Para que los gobernantes
de todo el mundo, colmados por el don de ciencia, trabajen conscientemente por
el bien común. Oremos
Para que los cristianos
cuidemos y defendamos la vida en todos sus órdenes, como la expresión más bella
de Dios mismo. Oremos
5- rezamos un padrenuestro - avemaría - gloria
6- CAMINANDO CON MARÍA, SAGRARIO DEL ESPÍRITU EN LAS BODAS DE
CANÁ:
Testimonio de tan singular
sintonía entre Madre e Hijo en la búsqueda de la voluntad de Dios es lo acontecido
en las bodas de Caná.
En una situación preñada de símbolos
de la alianza como la de un banquete nupcial, la Virgen María intercede y
provoca —valga la expresión— un signo de gracia superabundante: el «vino bueno»
que remite al misterio de la Sangre de Cristo.
En este quinto día de
novena, como María, tengamos un corazón atento a la voluntad de Dios y seamos
servidores de la alegría que trae la salvación.
7- ORACIÓN CONCLUSIVA
Ven, Oh Bendito Espíritu de
Ciencia, y concédenos que podamos percibir la voluntad del Padre; muéstranos la
nulidad de las cosas de la tierra, que tengamos idea de su vanidad y las usemos
sólo para Tu gloria y nuestra salvación, siempre por encima de ellas mirándote
a Ti y tus premios eternos. Amén.
SEXTO DÍA
1- TEMA: EL
DON DE PIEDAD
2- ILUMINACIÓN BÍBLICA
“Mientras tanto, María
conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón”. (Lc. 2,19)
El Espíritu nos da este don
para caminar cada día en este mundo, en la presencia de Dios.
3- REFLEXIÓN DOCTRINAL
Este don no significa tener
compasión de alguien, es decir, tener piedad por el prójimo, sino que indica
nuestra pertenencia a Dios y nuestro vínculo profundo con Él, un vínculo que da
sentido a toda nuestra vida y que nos mantiene firmes, en comunión con Él,
incluso en los momentos difíciles y temerosos.
Se trata de una relación
vivida con el corazón: es nuestra amistad con Dios, que nos dona Jesús, una amistad
que cambia nuestra vida y nos llena de entusiasmo y alegría.
Es el don que el Espíritu
Santo nos da para estar siempre abiertos a la voluntad de Dios, buscando
siempre actuar como Jesús actuaría.
4- ORACIÓN DE LOS FIELES
Respondemos: “VEN
ESPÍRITU SANTO”
Para que por el Don de la Piedad
aprendamos a
Amar a Dios como Hijos y al
Prójimo como Hermanos. Oremos
Para que por la acción del
Espíritu podamos vencer nuestros miedos y dudas y ser testigos del
Evangelio. Oremos
Para que, el Espíritu sane
nuestro corazón de la dureza y frialdad, abriéndonos a la ternura para con Dios
y para con los hermanos. Oremos
5- rezamos un padrenuestro - avemaría - gloria
6- CAMINANDO CON MARÍA, SAGRARIO DEL ESPÍRITU EN EL CALVARIO:
Ello nos conduce directamente al Calvario,
donde María permanece al pie de la cruz junto con las demás mujeres y el
apóstol Juan. Madre y discípulo recogen espiritualmente el testamento de Jesús:
sus últimas palabras y su último aliento, en el que empieza a derramar el
Espíritu; y recogen el grito silencioso de su Sangre, íntegramente derramada
por nosotros (cf. Jn 19, 25-34).
María sabía de dónde venía aquella sangre: se
había formado en ella por obra del Espíritu Santo, y sabía que ese mismo
«poder» creador resucitaría a Jesús, como él había prometido.
En este sexto día de novena,
como María, vivamos una profunda relación de amor con Cristo, en el gozo y en
el dolor, en la adversidad y en la calma, sabiéndonos sostenidos por su misericordia.
7- ORACIÓN CONCLUSIVA
Ven, Oh Bendito Espíritu de
Piedad, toma posesión de nuestros corazones. Enciende dentro, nuestro tal amor
por Dios que encontremos satisfacción sólo en su servicio, y por amor a Él nos
sometamos amorosamente a toda legítima autoridad. Amén.
SEPTIMO DÍA
1- TEMA: EL
DON DE FORTALEZA
2- ILUMINACIÓN BÍBLICA
“El Señor es mi Luz y mi Salvación, ¿a quién temeré? El Señor
es el baluarte de mi vida, ¿ante
quién temblaré?”. (Salmo 26:1)
No dejemos que el desaliento
nos paralice; busquemos la fortaleza que el Espíritu Santo infunde en quienes
lo invocan.
3- REFLEXIÓN DOCTRINAL
Hoy pensemos en lo que hace
el Señor: Él viene siempre a sostenernos en nuestra debilidad y esto lo hace
con un don especial: el don de fortaleza.
Con el don de fortaleza el
Espíritu Santo libera el terreno de nuestro corazón, lo libera de la tibieza,
de las incertidumbres y de todos los temores que pueden frenarlo, de modo que
la Palabra del Señor se ponga en práctica, de manera auténtica y gozosa.
Hay también momentos
difíciles y situaciones extremas en las que el don de fortaleza se manifiesta
de modo extraordinario, ejemplar. La Iglesia resplandece por el testimonio de
numerosos hermanos y hermanas que no dudaron en entregar la propia vida, con
tal de permanecer fieles al Señor y a su Evangelio.
Cuando afrontamos la vida
ordinaria, cuando llegan las dificultades, recordemos esto: «Todo lo puedo en
Aquel que me da la fuerza». El Señor da la fuerza, siempre, no permite que nos
falte. El Señor no nos prueba más de lo que nosotros podemos tolerar. Él está
siempre con nosotros. «Todo lo puedo en Aquel que me conforta».
El apóstol Pablo dijo una
frase que nos hará bien escuchar: «Todo lo puedo en Aquel que me conforta» (Flp
4, 13). Queridos amigos, a veces podemos ser tentados de dejarnos llevar por la
pereza o, peor aún, por el desaliento, sobre todo ante las fatigas y las
pruebas de la vida. En estos casos, no nos desanimemos, invoquemos al Espíritu
Santo, para que con el don de fortaleza dirija nuestro corazón y comunique
nueva fuerza y entusiasmo a nuestra vida y a nuestro seguimiento de Jesús.
4- ORACIÓN DE LOS FIELES
Respondemos: “VEN
ESPÍRITU SANTO”
Para que aquellos que hoy
son perseguidos por manifestar el amor extraordinario de Dios sean fortalecidos
por el Espíritu Santo y puedan seguir dando testimonio de su fe. Oremos
Para que cada día el
Espíritu Santo nos haga sentir la cercanía del Señor que nos fortalece en las
fatigas y pruebas de la vida. Oremos
Para que con el Don de
Fortaleza sepamos seguir a Jesús con alegría, perseverancia y humildad de
corazón. Oremos
5- rezamos un padrenuestro - avemaría – gloria.
6- CAMINANDO CON MARÍA, SAGRARIO DEL ESPÍRITU EN LA PASCUA:
Así la fe de María sostuvo
la de los discípulos hasta el encuentro con el Señor resucitado, Y siguió
acompañándolos también tras su ascensión al cielo, a la espera del bautismo «en
el Espíritu Santo» (cf. Hch 1, 5).
En este séptimo día de
novena, como María, no perdamos de vista la victoria de Cristo en la cruz y
seamos servidores de los más débiles.
7- ORACIÓN CONCLUSIVA
Ven, Oh Espíritu de Fortaleza,
alza nuestras almas en este tiempo de turbación y adversidad, fortalece
nuestras debilidades, damos valor contra todos los asaltos de nuestros
enemigos, que nunca seamos confundidos y nos separemos de Ti, Oh nuestro Dios y
nuestro máximo Bien. Amén.
OCTAVO DÍA
1- TEMA: EL
DON DEL SANTO TEMOR DE DIOS
2- ILUMINACIÓN BÍBLICA
“El temor del Señor es el
comienzo de la sabiduría: son prudentes los que lo practican. ¡El señor es
Digno de alabanza eternamente”. (Salmos 110, 10)
Que en nuestro diario andar tengamos
presente de Quien somos Hijos e inspirados por su Espíritu, hagamos nuestras
obras según sus designios.
3- REFLEXIÓN DOCTRINAL
El temor de Dios es el don
del Espíritu que nos recuerda cuán pequeños somos ante Dios y su amor, y que
nuestro bien está en abandonarnos con humildad, con respeto y confianza en sus
manos.
Esto es el temor de Dios: el
abandono en la bondad de nuestro Padre que nos quiere mucho. El Espíritu Santo
con el don del Santo temor de Dios abre los corazones, a fin de que el perdón, la
misericordia, la bondad, la caricia del Padre vengan a nosotros, porque
nosotros somos Hijos infinitamente amados.
Cuando estamos invadidos por
el Santo temor de Dios, entonces estamos predispuestos a seguir al Señor con humildad,
docilidad y obediencia. Es un don que hace de nosotros cristianos convencidos,
entusiastas, que no permanecen sometidos al Señor por miedo, sino porque somos
movidos y conquistados por su amor.
Pero, atención, porque el
don de Dios, el don del temor de Dios es también una «alarma» ante la
pertinacia en el pecado. Cuando una persona vive en el mal, cuando blasfema
contra Dios, cuando explota a los demás, cuando los tiraniza, cuando vive sólo
para el dinero, para la vanidad, o el poder, o el orgullo, entonces el santo
temor de Dios nos pone en alerta: ¡atención!
Atención en no poner la
esperanza en el dinero, en el orgullo, en el poder, en la vanidad, porque todo
esto no puede prometernos nada bueno.
4- ORACIÓN DE LOS FIELES
Respondemos: “VEN
ESPÍRITU SANTO”
Para que, las personas,
que perdieron un familiar o amigo, consecuencia de la pandemia, reciban consuelo
y paz. Oremos
Para que cada cristiano en
estos momentos difíciles dé testimonio de haber sido conquistado por el amor
del Padre. Oremos
Para que el Temor de Dios
nos ayude a comprender que las cosas del mundo no son lo realmente importante
sino vivir en el Amor y Misericordia del Señor en nuestras vidas. Oremos
5- rezamos un padrenuestro - avemaría - gloria
6- CAMINANDO CON MARÍA, SAGRARIO DEL ESPÍRITU EN PENTECOSTÉS:
En Pentecostés, la Virgen
Madre aparece nuevamente como Esposa del Espíritu para ejercer una maternidad
universal respecto a cuantos son engendrados por Dios mediante la fe en Cristo.
En este octavo día de
novena, como María, aprendamos a confiar en las promesas del Señor, siendo instrumentos
de misericordia para los que equivocan el camino.
7- ORACIÓN CONCLUSIVA
Ven, Oh bendito Espíritu de
Santo Temor, penetra en lo más íntimo de nuestros corazones, que te tengamos,
mi Señor y Dios, ante nuestro rostro para siempre, ayúdanos a huir de todas las
cosas que te puedan ofender y haznos merecedores ante los ojos puros de tu
Divina Majestad en el Cielo, donde Tú vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
NOVENO DÍA
1- TEMA: TEMPLOS
DEL ESPÍRITU EN EL TIEMPO PRESENTE
2- ILUMINACIÓN BÍBLICA
¿No saben que ustedes son templo
de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?
Si alguno destruye el templo
de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes
son ese templo. (1 Corintios 3, 16-17) Dios quiere habitar en nosotros y desde
nosotros manifestar su presencia y su amor.
3- REFLEXIÓN DOCTRINAL
El Espíritu Santo viene de
lo alto, pero penetra y reside en nosotros para animar nuestra vida interior.
Jesús no dice sólo: «él permanece junto a ustedes», lo cual puede sugerir la
idea de una presencia que es solamente cercana, sino que añade que se trata de
una presencia dentro de nosotros (cf. Jn
14, 17).
San Pablo, a su vez, desea a
los efesios que el Padre les conceda que sean «fortalecidos por la acción de su
Espíritu en el hombre interior» (Ef 3, 16): es decir, en el hombre que no se
contenta con una vida externa, a menudo superficial, sino que trata de vivir en
las «profundidades de Dios», escrutadas por el Espíritu Santo (cf. 1 Co 2, 10).
La madurez propiamente
cristiana implica el desarrollo de la vida del Espíritu, la madurez de la fe,
de la esperanza y de la caridad. La conciencia de esta raíz divina de la vida
espiritual, que se expande desde lo íntimo del alma a todos los sectores de la
existencia, incluso los externos y sociales, es un aspecto fundamental y
sublime de la visión cristiana del hombre.
Fundamento de esa conciencia
es la verdad de fe por la que creo que el Espíritu Santo habita en mí (cf. 1 Co
3, 16), ora en mí (cf. Rm 8, 26; Ga 4, 6), me guía (cf. Rm 8, 14) y hace que
Cristo viva en mí (cf. Ga 2, 20).
En este tiempo de pandemia
somos llamados a manifestar al mundo la presencia del Espíritu Santo en
nosotros con nuestras buenas obras. Si somos templos de Espíritu, sagrarios
vivientes de Dios, estamos llamados a acercar la brisa suave del Espíritu
Divino en nuestros ambientes y circunstancias de la vida cotidiana. Esa brisa
de Dios que sana, perdona, levanta y ama.
4- ORACIÓN DE LOS FIELES
Respondemos: “VEN
ESPÍRITU SANTO, LLENA MI ALMA, LLENA MI VIDA”
Para que, en este tiempo
de pandemia, vuelva a brotar en nosotros, la sonrisa, que exprese el gusto por
vivir y por compartir, que manifieste la esperanza que viene de la paz
interior, verdadera y real. Oremos...
Para que las familias crezcamos
en la esperanza y en el amor, nos dejemos amar por Dios, que sana, que nunca
nos abandona, ese amor que va a sostenernos hasta que podamos abrazarnos
nuevamente. Oremos
Para que, nuestros jóvenes
valoren su vida, que es posible comenzar algo bello, en este momento en que el
mundo necesita de su alegría y que descubran que confiando en el amor de Dios
todo es posible. Oremos
5- rezamos un padrenuestro - avemaría - gloria
6- CAMINANDO CON MARÍA, SAGRARIO DEL ESPÍRITU EN NUESTRA VIDA,
EN LA VIDA DE LOS CRISTIANOS:
En este noveno día de
novena, aprendamos de María a reconocer nosotros también la presencia del Espíritu
Santo en nuestra vida, a escuchar sus inspiraciones y a seguirlas dócilmente.
Él nos permite crecer de manera conforme a la plenitud de Cristo, con esos
frutos buenos que el apóstol Pablo enumera en su Carta a los Gálatas: «Amor, alegría,
paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí» (Ga
5, 22)
7- ORACIÓN CONCLUSIVA
Ven, Oh Divino Espíritu Santo, llena nuestros corazones con tus frutos celestiales: caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, esperanza, mansedumbre y templanza. Que nunca estemos cansados en el servicio de Dios sino que, por continua y fiel sumisión a Tu inspiración, merezcamos estar eternamente unidos Contigo, en el Amor del Padre y del Hijo. Amén.
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